Quiza sea la hora de los ideales y las ideologias

Normalmente suelo hablar como clase obrera y no pretendo dar lecciones a nadie, solo compartir reflexiones, pero en esta entrada en la que voy a dar mi opinión sobre las prioridades del sindicalismo hoy, quizá parezca que hay mas de lo segundo, pero nada mas lejos de la realidad, es mi opinión sobre lo que estrategicamente creo que deben hacer los sindicatos, y en concreto CCOO que es el mio en estos momentos.

Pasaremos de largo lo de que hubo una reforma laboral y otra serie de recortes, y nos centramos en la situación actual, tras la huelga general y la nueva arremetida del gobierno contra nuestros derechos con la reforma de las pensiones y la ampliación de la edad de jubilación.

Evidentemente me posiciono contrario a estas reformas, creo que ya he escrito sobre eso en alguna otra entrada por si queréis mirar, pero esta semana ha salido un buen articulo de Vicenc Navarro en publico que explica bien y de forma sencilla las mentiras que se dicen acerca de la viabilidad de las pensiones.

En cuanto a la posición de los sindicatos veo con preocupación el giro que parecen estar dando, por ello desde este humilde blog espero aportar mi granito de arena para presionarles y que finalmente no tomen decisiones que a mi juicio serian equivocadas.

Parece ser que todo apunta a que no habrá una segunda huelga general a este gobierno por lo menos antes de las próximas elecciones, eso es practicamente decir que no habrá una segunda huelga general a este gobierno.

La verdad es que a mi no me gustaría estar en el pellejo de los compañeros que estén en esa negociación pero si que quiero trasladarles tanto a ellos como al comité confederal de CCOO la siguiente reflexión.

Evidentemente toda acción hay que verla desde diferentes perspectivas y valorando muy bien cada movimiento para poder obtener un resultado satisfactorio. Para ello hay que tener muy claro cuales son tus prioridades principales y cuales son tus prioridades secundarias.

A la hora de convocar la anterior huelga los sindicatos se vieron muy  forzados a ello, pero principalmente se vieron forzados por que habían perdido capacidad de acción en la calle tras largos años sin grandes movilizaciones, ese es uno de los elementos que hizo retrasar tanto una huelga que se hizo mucho de rogar, y evidentemente los elementos a valorar como ejes de acción, es decir como prioridades principales pasaron a ser el éxito de la huelga, plasmada en la visibilización del sindicato en la calle, y la recuperación de la organizacion, que se llevo a cabo en asambleas y convocatorias territoriales y el contacto con entidades sociales. No es aquí donde valoraremos el éxito de aquello.

Una vez se da esta situación y la campaña de desprestigio hacia los sindicatos de la que ya hablé, al sindicato no le quedaba otra cosa como prioridad principal (siempre sin contar la defensa de los derechos de trabajadores y trabajadoras) que seguir rearmándose e ir extendiendo el conflicto social y la movilización, cosa que quedo muy descafeinada aunque sin ser un fracaso en la movilizacioó del día 18 de diciembre, ya con un gobierno que acababa de anunciar dos días antes la reforma de las pensiones y la ampliación de la edad de jubilación.

Quizá mi sorpresa ha sido que se ha vuelto a hacer mas hincapié en la negociación que en la movilización, lo cual creo que vuelve a dejar al sindicato en una posición de menor fuerza. Pero una vez que se inicia la negociación y ante unas expectativas altas de movilizacion en tu base social, que había respondido bien en la huelga de septiembre y que iba cogiendo fuerza, no se puede descartar de nuevo la movilización ante el primer embiste del gobierno.

Y no se puede por dos cosas, por que cualquier reforma que se pacte ahora sera para reducir derechos, y por que tu problema principal cambia. En esta nueva situación en la que los trabajadores se van organizando, poco a poco eso si, pero que van tomando conciencia, no puedes titubear, por que tu principal prioridad ahora debe ser ganar credibilidad, que actualmente es tu talón de Aquiles, y que con una decisión que mostrase coherencia con la anterior convocatoria, ganarías exponencialmente, situándote en una situación de conflictividad social que tu no has provocado, que te permitiría reorganizar tus filas mucho mas rápidamente. En cambio si tu no actúas así y tiendes a negociar y sobretodo, si pactas con aquel que esta llevando acabo el mayor ataque de la historia a los derechos de los y las trabajadoras, perderás credibilidad, y por tanto perderás organización, lo que también te hará perder en un futuro capacidad de negociación.

Evidentemente no seré yo se deben entender las presiones y que si estas en una situación en la que preves perder todas las batallas en las que te metas a negociar, seguramente tiendas a pactar, pero en estos casos es mejor salir a dar una vuelta y menear el árbol a ver que cae, en mi opinión las apariencias engañan y creo que aunque no hay el clima de movilización que debería de haber en esta situación, creo que la situación en cuanto se agitase un poco se vería que es mejor de lo que hay, pero ya no es época de manifestación, mitin y a casa, es época de acción.

También debe ser difícil cuando has estado llevando una política de unidad de acción sindical que ahora te arrastra a tomar difíciles decisiones, e incluso a defender lo indefendible, pero quizá sea hora de romper con el sindicato del gobierno. Quizá ahora mas que nunca a pesar de lo que digan sea la hora de abandonar esos nuevos asepticismos